un tipo flaco alto vestido de negro me afanó el celu en mis propias narices con elegancia de punguista entrenado- Lo vi en cámara lenta subirse a una moto y perderse en la noche porteña, sin poder reaccionar- la coreografía fue sorpresiva y muy desconcertante su absoluto silencio y delicadeza-- nos miramos a los ojos, yo no entendiendo y él partiendo-- que raro instante--
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5 comentarios:
Mientras yo aplaudía la performance desde la primera fila y ADT intentaba resucitar el teatro participativo. Un bajón, pero classy.
fue todo tan elegante--muy nouvelle vague!! el estilo es lo último que se pierde!!!
suenan los wachituros en el eyephon
yo fui pungueda por primera vez hace poco. estaba en un bar, comía un sandwich, entró una señora con un bebé encima, pidió monedas, o dinero, le ofrecí la mitad de mi sandwich y, mientras dividía el sandwich, sigilosamente agarró mi ipod que estaba sobre la mesa y se lo pungueó. me agradeció el sandwich y se fue. yo me dí cuenta unos minutos después.
jajaja!!! el punga no pierde la elegancia y discreción!! el mío, estaba bueno!
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