el 4 de octubre en Madrid

el 4 de octubre en Madrid
La máquina de proyectar sueños

jueves, 28 de abril de 2011

lo malo de leer en ese bar

--que queda en este barrio que ahora es pituco (dijo eso de Nuñez me vecino de mesa) y no es como era el nuestro, mis papás tiene fotos en la Casa del Ángel atrás, enterita , antes que la demolieran- La casa de los duelistas--comenta el amigo-
Lo malo, lo muy malo de leer allí, lo que arruinaba mi tarde de sol, posillo de café (Como los que tenía mi abuela, comenta el comentarista)
 Amelié Nothomb me encanta y tenía un estreno en mis manos, pero la historia de la otra mesa era mejor que la que yo tenía entre manos-
Así empiezan a hablar de una compañera de colegio hija de una psiquiatra que le dio pastillas para mantenerla en una burbuja desde los 15 a los 20 años-
 La chica consigue un novio que la quiere bien, que la saca de la internación (me perdí el momento ese, calculo que a los 20), la saca de las pastillas- Y ella empieza a vivir sola y a arreglárselas muy bien y se mantiene estable y normal- Y justo la madre viene y se muere, --en uno de esos atracones de navidad en que siempre se muere alguie, comenta mi vecino de mesa-- y Marina (dice Marina, que lindo nombre!) se descompensa de nuevo-
El relator, al que nunca vi, porque estaba de espaldas a él, tenía hermanas, entonces conoce a todas las mujeres que le nombra el comentarista-
       --Ah! era amiga de mi hermana o Ah! esa era muy amiga de mis hermanas-
 --Ah, si Valeria--le responde--Con valeria viajamos a Cuba y a Venezuela- Porque era muy amiga de mis hermanas-
O sea,  mi tipito resulta que viajó mucho en grupo con sus hermanas y las amigas de sus hermanas- me cae muy bien-
Así, me quedé todo el rato frente a la hoja sin avanzar- y pensando Que hija de puta la madre que medicó a su hija!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Las historias se cuentan de mil maneras, pero suceden de una. Hay que volverlo a repetir, cuidado con los curas, cuidado con los psiquiatras, cuidado con los que se creen capaces de escudriñar nuestras almas, cuidado!

Eduardo Sobico dijo...

Querida Cecilia:
Espero que te hayas dado cuenta lo linda que quedó la historia así, como la escribiste. De oídas, de espalda al que tenía muchas hermanas. Así incompleta, modelo para armar, está bárbara. Y si no te diste cuenta, seguí así. Y si te diste cuenta, seguí así.

Momentos así uno disfruta y vuelve por tu lindísimo blog.
EdC