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...Esos días iba a la playa, todas las mañanas temprano; leía, comía verduras y muchas ciruelas, melón, andaba en bicicleta con la hermanita menor de mi amiga y me acostaba temprano. En vez de ver el amanacer con tacos y amigas, veía el atardecer sola comiendo galletitas Bridge desde la ventana de mi habitación. El día de Año Nuevo me llegué a emocionar porque faltaba poco para La Pedrera o para el fin del mundo (cualquiera de los dos me venía igual de bien) y me vestí hecha una Mariana Nannis para salir a festejar. Toda ostentosa, llevaba brillos y mostraba las tetas, viviía con la constante ilusión de que algún día iban a crecer, pero esa maldita mentira iba a terminar cuando acabara el 99 y nos extiguiésemos todos en paz. Así que un escote, unas tetas de plástico con la misma consistencia que el fantástico Miki Moko y comimos con un grupo grande de chicas, todas con minifaldas diminutas, todas queriendo emborracharnos y bailar, y todas hablando fuerte como vírgenes calientes. ¨
Extracto del cuento
La reelección de
Majo Moirón de la colección El amor (Selección de Blatt y Ríos)
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Majo Moirón, Flor Monfort y Marina Mariasch en Confesionario Radio |
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