contó Paula Maffía en Confesionario que el muy traidor asesinó a Banana, la más chiquita de los habitantes del bunker de La Boca.
No feliz con eso, embarazó a una pre púber Benita. Los hijitos murieron uno a uno y ella estuvo a punto de morir también.
Paula consiguió un rifle de aire comprimido...pero cuando se encontró cara cara con El Gato Choto en la puerta de un bar, lo acarició, pasó sus manos por su cuellito y ¡dilema moral! ¿Matar o no matar a El gato Choto?...al menos no esa tarde...
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6 comentarios:
hay que matar un gato choto, eh?
una vez comprobé en persona el dicho popular "más malo que gato encerrado".
"Selección Natural"
mellizo: el dicho es tremendo! nunca me olvido de ese gato encerrado vivo a la cal de de Poe. igual supongo que el gato choto era libre de ir y venir...
E: ja! otro más choto lo mata , entonces....
qué lindos dibujos!!! lo que leyó paula fue genial!!!
beso!
paula es una geña! lo que leyó fue buenísimo. ojala podamos sacar el libro Confesionario 3 para incluirlo!
mi mamá y mi abuelo se encargaban de matar a los gatos del barrio. hacían hamburguesas con vidrio molido todas las noches y las repartian en las terrazas y patios. no voy a decir que con la primera caian, pero con la numero siete no contaban el cuento. eso sí, mi mamá y mi abuelo eran buena gente y queridos por el barrio, pero odiaban mucho a los gatos porque les meaban la escalera. historia digna de confesionario lástima que no tengo fama, sino la contaba algun martes.
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