Bien nene y en diminutivo
Por Marina Mariasch
El único chico en el que puedo pensar es en Messi. Lío tiene una carita divina de chico bueno con ojitos redondos de conejo que no dejan pensar en el mal. Las manos gruesas parecen torpes, manos de adolescente que se chocan con todo porque no conocen los límites. Creo que Lío no tiene novia; como las estrellas de la canción, Lío es el novio de América, el novio de Europa, el novio argentino, el yerno que todas las madres desean, el conejito de Duracell que la mueve más por fuerza que por maña. Cierro los ojos y los imagino a todos, uno al ladito del otro, Lioneles clonados haciendo lo suyo. Además, ese nombre tan lindo que tiene, bien de nene y en diminutivo. Nada que ver con Kaká ni con ese Drogbá, que hace pensar en cosas peligrosas. Cristiano Ronaldo usa champú para la caspa y Van der Vaart, el preferido de las alemanas, da un poco de miedo con ese peinado medio nazi. Messi es dueño de la torpeza de los tiernos, de la potencia de los tontos, del sexo de los burros. Lío tiene algo de bebé grandote que se paspa la entrepierna con el roce del shorcito. Todo mojado, después de los partidos, debe oler a los chicos de séptimo cuando terminan de jugar al quemado. Para mí todavía es virgen; lo veo inocente como un púber de catorce que todas las noches sueña con ese fantasma llamado sexo y que cada mañana se despierta agitado.
No puedo evitar pensar cómo será en el vestuario, tan distinto a sus compañeros, tan diferente a Tévez y al novio de Giannina. Ellos tan morochos y morrudos y él tan pálido, rubiecito, lampiño. Lío es más lisito que una hoja de aloe vera, no sé quién habrá sido el genio que le ofreció publicitar una afeitadora. Ahí aparece lavándose las manos, mirándose al espejo, poniendo caras. Lo obligan a hacerse el lindo y se le nota la timidez, esa hilacha que lo vuelve tierno como un corderito. Ahora me acuerdo de Lío con cuatro años menos, un nene de dieciocho ofendido, haciendo pucheros en el banco de suplentes porque Pekerman no lo mandaba a la cancha y Argentina se quedaba afuera del Mundial. Me pregunto cómo habrá canalizado esa bronca, esa energía desaprovechada, esa chispa que lleva en su interior. Según la leyenda que cuenta Zidane en una publicidad, Lío, de chico, fue tocado por una chispa durante un pico de tensión eléctrica en su barrio y sufrió una mutación.
Messi enciende sobre el pasto la chispa que todavía no aprendió a usar en otro lado. Cuando sale a la cancha es como esos potros de rodeo que sueltan al llano, pero Lío, en vez de correr fuera de control, apunta, patea y la mete en el ángulo.
Los secretos del abanico
Hace 5 días.
8 comentarios:
Muy mal que nadie pensara en el pobre Pipita para escribirle un texto... hoy se lo ganó... Ahí queda eso... por si alguna se anima.
Y felicidades de una infeliz seguidora de la roja.
Madrid
es que al Pipa no se lo ve mucho por BA!
Anoni de la Roja. A no aflojar. Nosotros perdimos contra Camerún (italia'90) y luego fuimos subcampeones mundiales.
(era la época que clasificaban ciertos 'terceros')
Bien Argentina.
Habría que organizar un mundial de periodismo deportivo.
EdC (futbol-2010)
Hasta la Diosa Gianinna obtuvo su oda correspondiente... y el gran Pipita ¿qué? ;-))
Pues nada, habrá que decirle que viaje más...
Madrid.
Gracias EdC, pero la selección argentina es y será siempre una cosa: Grande!!! y no sé si nosotros vamos a poder reponernos. En fin, esperemos que la cosa no vaya a peor...
Ay! qué lindo lo que le escribiste al nene! Vivo en Barcelona, y si me lo cruzara, le prepararía la leche con vainillas.
Ni con 10 mil argumentos me trago a Messi.
No y no, y no y no como dice Federico.
ni con leche con vainillas, supongo!!
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