La residencia del embajador argentino donde nos alojaron. Completamente Hitchckoniana. Fría pero hermosa. Gigante, desolada y bella. Suerte que compartí con A. Los otros argentinos que vinieron eran fríos (aunque no bellos y hermosos como la mansión). Lo más cariñoso creo que fue algún beso al despedirse o al entrar de algunos de ellos. Hay gente a la que creo, superinteligente-culta y algo snob, pero no, termina siendo simplemente maleducada y descortés.¿El maltrato está de moda en la lit argentina?