--que queda en este barrio que ahora es pituco (dijo eso de Nuñez me vecino de mesa) y no es como era el nuestro, mis papás tiene fotos en la Casa del Ángel atrás, enterita , antes que la demolieran- La casa de los duelistas--comenta el amigo-
Lo malo, lo muy malo de leer allí, lo que arruinaba mi tarde de sol, posillo de café (Como los que tenía mi abuela, comenta el comentarista)
Amelié Nothomb me encanta y tenía un estreno en mis manos, pero la historia de la otra mesa era mejor que la que yo tenía entre manos-
Así empiezan a hablar de una compañera de colegio hija de una psiquiatra que le dio pastillas para mantenerla en una burbuja desde los 15 a los 20 años-
La chica consigue un novio que la quiere bien, que la saca de la internación (me perdí el momento ese, calculo que a los 20), la saca de las pastillas- Y ella empieza a vivir sola y a arreglárselas muy bien y se mantiene estable y normal- Y justo la madre viene y se muere, --en uno de esos atracones de navidad en que siempre se muere alguie, comenta mi vecino de mesa-- y Marina (dice Marina, que lindo nombre!) se descompensa de nuevo-
El relator, al que nunca vi, porque estaba de espaldas a él, tenía hermanas, entonces conoce a todas las mujeres que le nombra el comentarista-
--Ah! era amiga de mi hermana o Ah! esa era muy amiga de mis hermanas-
--Ah, si Valeria--le responde--Con valeria viajamos a Cuba y a Venezuela- Porque era muy amiga de mis hermanas-
O sea, mi tipito resulta que viajó mucho en grupo con sus hermanas y las amigas de sus hermanas- me cae muy bien-
Así, me quedé todo el rato frente a la hoja sin avanzar- y pensando Que hija de puta la madre que medicó a su hija!!